Fue un trabajo arduo de técnicos y políticos municipales de todas las áreas y encabezados políticamente por mí, como Regidor de Seguridad Ciudadana, elaborar la Ordenanza Municipal de Convivencia, con el único objetivo de que el civismo planease sobre las relaciones entre ciudadanos.
Como dijo en su momento un político gallego, “vamos a ser
libres y quien no quiera ser libre le obligaremos a serlo”, y buscando el
paralelismo, “vamos a ser cívicos, y quien no quiera serlo, la Ordenanza Municipal
de Convivencia le obligará a actuar con civismo”.
¿Por qué digo esto?, pues porque hay gente que entiende como
natural el que se menosprecie y se desconsidere a sus vecinos, en clara
demostración de incivismo y de que esta ordenanza no les merece ningún respeto.
A partir de ahora no cejaré en mi empeño de exigir al Ayuntamiento
que haga cumplir la Ordenanza Municipal
de Convivencia, utilizando todos los medios
de que dispone para ello, entre los que destaca la Policía Local, a la que
acudiré cada vez que el STAY, o cualquier otro establecimiento que al igual que
este haga caso omiso de la normativa, y pesar de las muchas ocasione en que se
le ha puesto sobre aviso.
Hoy ha sido un día más, pero hoy me he dicho basta.
No voy a permanecer callado cuando el establecimiento no respeta
el descanso de los vecinos. La OM alude hasta a las conversaciones y a los
horarios, entre 20 y 8 horas.
No voy a permanecer callado ante gritos e improperios,
fruto, en muchos casos de los estados etílicos que se dan cita en su terraza
No voy a permanecer callado viendo cómo se sirve alcohol
para que sea consumido fuera del local, algo no permitido por l propia OM.
No voy a permanecer callado viendo cómo a altas horas de la
madrugada se sirve alcohol a padres acompañados de niños menores, algo prohibido.
Ni voy a permanecer callado viendo como no se respetan, una
y otra vez, los horarios de cierre, tal como están indicados en la OM o en la
normativa de la Generalitat.
En este momento no tengo otra cosa que hacer y exigir a la
autoridad municipal que se cumpla la ordenanza y se respeten los derechos de
los ciudadanos, creo que es una obligación de todos los que queremos un Sant Feliu
de calidad.