Dos microrrelatos que envié al concurso "Los niños del paraguas" que organizó la empresa Municipal Aguas de Cádiz en su 25 aniversario.
"¡Agua a la vista!
Una lluvia inesperada y no muy intensa, que de momento solo
humedecía su ropa, aumentó las posibilidades de su aventura dándose órdenes uno
a otro pues, en aquella pequeña nave, los dos eran sendos patrones.
Pero la lluvia que poco a poco arreciaba y que amenazaba con
hacerles zozobrar, les hizo maniobrar de manera sincronizada, y saltando de la
cubierta se colocaron bajo la quilla, no para resguardarse, que también, sino
para recoger el agua en el interior del sombrero impermeable del paraguas.
Hoy se iba a hacer realidad La idea que a los dos niños les
rondaba por la cabeza hacía tiempo, pues podrían demostrar a aquellos que reivindicaban
la importancia de ahorrar agua, lo que podrían lograr si convirtiesen el
paraguas en una gran nave.
Cruzando el mar de lluvia con el paraguas en la cabeza, los
dos se veían gritando ¡agua a la vista!"
"Bailando bajo la lluvia
Ensimismados veían cómo bailaba y saltaba al ritmo de la música,
pero, sobre todo, envidiaban cómo chapoteaba divertido en los charcos que la
lluvia iba dejando a su paso.
El paraguas complementaría el juego con el que Pablo y
Virginia tenían previsto pasar la tarde, una vez el Morfeo vespertino evitase
que los abuelos les impidiesen salir al patio a retozar entre el agua que caía
a raudales.
No había farola para encaramarse y saltar al inundado suelo
para salpicar cuanto más mejor, pero el avellano que utilizaban habitualmente
para sus juegos serviría para ese menester, aunque en este caso lo importante
era el agua y el paraguas que deberían compartir, pero, sobre todo, las ganas
incontenibles de quedar calados hasta los huesos.
Fue corto pero intenso, hasta que el abuelo se asomó para
ordenarles entrar, amenazándolos con el correspondiente resfriado, aunque unos
labios que regañaban, pero a la vez escondían una sonrisa, indicaban que ganas
no le faltaban para unirse a los niños.
De hecho, al recoger el paraguas y con aparente enfado
acompañar a Pablo y Virginia a abandonar esa danza, no pudo reprimir silbar y
hacer un amago de paso, imitando al bailarín que tanto admiraba"
Cap comentari:
Publica un comentari