Aquí las diferencias no las marcan ideologías ni principios.
No hay separación alguna entre bloques.
Los compromisos se colocan en el limbo del “prometer hasta
haber metido, y una vez metido nada de lo prometido”.
Sólo es necesario aparcar ética, vergüenza y compromiso, que
deberían ser las virtudes que todo político, por muy mediocre que sea, siempre
debería respetar.
O sea, que no es descabellado afirmar, a la vista de la
realidad general, que pactos de gobierno son más fáciles si se prioriza el vil
metal a los intereses de la ciudadanía.
Porque pocos desacuerdos hay en lo que se refiere a las
retribuciones de los gobiernos conformados en las diferentes instituciones,
sino todo lo contrario.
Y para justificar aumentos espectaculares de esas
remuneraciones solo necesitan presentar argumentos imaginativos, basados en la
reducción al absurdo desde el más crudo menosprecio al conjunto de la
población.
Porque, ¿no es un insulto a la inteligencia de la ciudadanía
justificar un aumento salarial del 11% alegando que la dedicación ahora será de
un 5% más?
Porque, ¿no es un insulto a la inteligencia de la ciudadanía
justificar un aumento salarial en torno al 60% en alguna regiduría? ¿Eso no es
asumir que en el mandato anterior se estaba retribuyendo de manera irregular o injusta?
Porque, ¿no es un insulto a la inteligencia de la ciudadanía
justificar un aumento salarial diciendo que en el mandato anterior eran 11
regidores en el equipo de gobierno, y que ahora con 13 hay más trabajo, cuando
la lógica sería completamente al contrario? Más aún cuando afirman que van a
hacer lo mismo
Porque, ¿no es un insulto a la inteligencia de la ciudadanía
justificar un aumento salarial de esas características para los políticos, cuando
a los trabajadores municipales, (el Ayuntamiento es la empresa con mayor plantilla
de la población), se les “regatea” y hasta se les recorta?
Porque, ¿no es un insulto a la inteligencia de la ciudadanía
justificar el aumento salarial diciendo que en 4 años no se les ha regularizado
el IPC, y han de recuperarlo?
Y porque, ¿no es un insulto a la inteligencia de la
ciudadanía justificar este aumento salarial cuando hay ciudadanos y ciudadanas en
Sant Feliu de Guíxols que están en situación de exclusión y de precariedad?
Pero lo que más me duele es el silencio y la aquiescencia cómplice
de algunos regidores y regidoras, comprensible en algunos por frustración electoral
o por esperanza pactista de futuro, pero incomprensible en otros que, ondeando
la bandera del progresismo y desde el principio irrenunciable en la defensa de
los trabajadores que su partido representa, participa de esta impresentable postura
y actuación que ni han intentado disimular.
¡Ande yo caliente y ríase la gente!
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