Dice el cineasta francés François Ozon, en
una entrevista publicada en El País semanal, que la izquierda solo puede
decepcionar, pues está hecha de grandes ideales y esperanzas.
Y tiene razón, por lo menos es lo que creo
justifica esa crisis que padece la socialdemocracia europea, y que está posibilitando
que posiciones populistas rayanas a la ultraderecha, se disfracen de
pragmatismo y se asuman como viables.
Ahora tenemos la oportunidad, y desde el
ejercicio de la democracia, volver a demostrar que los ideales y la esperanza son
el combustible que ha hecho avanzar a la sociedad.