Es un hecho innegable, como una verdad de Perogrullo.
Cíutadans (C’s) ha ganado las elecciones al Parlament de Catalunya, pues
1102099 catalanes han decidido democráticamente que así sea.
El resto de partidos políticos no las ha ganado, y no digo
que hayan perdido porque a mi modo de entender en democracia, participando,
nadie pierde. Además la ilógica matemática de las valoraciones post electorales
que hacen cada una de las formaciones políticas ya se encargan de afirmar que
no han perdido, aunque hayan tenido unos resultados catastróficos.
Además, siguiendo el hilo argumental que te permiten estos
comicios particularmente, nadie ha podido perder, pues para perder es necesario
haber ganado en algún momento, y ninguno de de los candidatos que representan a
los diferentes partidos, ha ganado jamás unas elecciones.
O sea, que nadie se lleve a engaño ni intente engañar, pues
el único partido ganador ha sido Ciutadans, y es absurdo y de mal perder la
actitud de esas formaciones que no habiendo ganado, intentan aparentar una
victoria que es falsa, supongo porque es la única manera que tienen algunos para
justificar unos resultados que les saben a derrota, y verter esos insultos que
ya tenían enlatados.
Ya pueden sacar pecho, pero aunque fastidie, ni Junts per
Catalunya, ni ERC, ni la CUP, ni el PSC, ni Catalunya en Comú, ni el PP pueden
lucir la corona de la victoria, ni sus posicionamientos tienen el respaldo
social que necesitarían para conformar un gobierno estable basado en
coincidencias amplias.
Y aquí no vale lo de los bloques, porque aunque así fuera y
quisiera utilizarse como argumento, tampoco los números permiten lanzar las
campanas al aire, pues el independentismo tampoco ha ganado¸ y aunque sí permitiría a Junts per Catalunya y a ERC nombrar
un President, deberían gobernar “sometidos” al chantaje permanente de la CUP, cosa
que la experiencia desaconseja.
Sólo por curiosidad, vale la pena hacer cálculos de los
resultados de ayer.
Sólo 2063361 del censo total han apoyado s los partidos que
se han manifestado independentistas, lo que representa un 37,14 %.
El bloque de no independentistas representa el 39,83% del
censo electoral.
Es cierto que los 3 partidos independentistas suman más
escaños que el resto, aplicando la normativa de reparto vigente, pero se deberían
parar a pensar qué hubiese ocurrido en un escenario territorialmente global
donde el voto de los ciudadanos tuviese el mismo valor con independencia de
donde se esté censado; el resultado final sería diametralmente diferente, pues el
mal llamado bloque de JuntsXCat, ERC y CUP sumarían 65 escaños, por 70 que
sumarían C’s, PSC, Catalunya en Comú y PP.
No ha cambiado nada, pues socialmente nos encontramos casi
en la misma situación que estábamos antes de estos comicios, sino peor.
Desde una política ficción con grandes visos de realismo.
Gana las elecciones un partido (C´s), al que no se va a
dejar gobernar, y tanto a sus votantes como a la propia formación política se la
sataniza y prácticamente se deslegitima su resultado. Se les hace llegar el
odio de los catalanes no votantes de C´s, a los catalanes votantes de ese
partido.
Con mucha seguridad será President de la Generalitat el ahora
ex- President Puigdemont, cuyo único valor es haber ganado a Oriol Junqueras
por 2 escaños, en una clara muestra de que Puigdemont ha abusado de su
hegemonía institucional para ganar ese enfrentamiento personal.
Pero, esos resultados lo legitiman para representar a la
sociedad catalana y exigir al Estado español, del que forma parte Catalunya, a
una negociación para que Catalunya se “autodetermine”? Las últimas experiencias
indican que no.
Creo que si no asumimos los resultados y les damos una
lectura aséptica; si no somos capaces de entender que debemos encontrar
espacios de diálogo para marcarnos objetivos comunes; que el diálogo se
produzca en catalán o castellano pues lo importante es entendernos; i si no
somos capaces de eliminar supremacías, entendiendo que todos los catalanes somos
catalanes, sean de derechas, de izquierdas o de centro, independentistas o
constitucionalistas, mal vamos a afrontar el futuro.
Ha llegado el momento en que la ciudadanía marque las
pautas a los políticos, o los cambie, porque la verdad es que últimamente sólo
han dado muestras de ineptitud.