
Cabría preguntarse si son los únicos que piensan de igual
modo, y solo cabría responderse que no, pues al margen de estar cuestionando la
manera de pensar llegando a hacerla punible (algo realmente preocupante), solo es necesario
hacer un recorrido por las redes sociales para ver entradas y opiniones que defienden
tesis similares a las de esos personajes.
De manera implícita o explícita se opina sobre emigrantes y
refugiados, sobre enaltecimiento de figuras fascistas, sobre violencia de
cualquier tipo, sobre las capacidades de políticos, sobre los daños o insultos que
merece algún personaje público y/o privado, sobre amenazas generalizadas,
sobre... ¡Y no pasa nada!
Preguntémonos también cuántas veces se ha deseado delante
nuestro alguna desgracia hacia alguien al que se odia porque ha molestado,
agredido o simplemente porque tiene ideas diferentes; o cuántas veces se ha
deseado que se muera de hambre un político; o se ha deseado que exploten, por
ejemplo, bancos con banqueros dentro; o deseado que venga "otro
Franco" a poner orden; o deseado que alguien se pegue una "hostia"
y que acabe sin dientes; o deseado que alguien acabe con las piernas rotas;
o....
Yo estoy en varios grupos de whatsapp de todo tipo, y de
alguno de ellos he huido porque las conversaciones virtuales que allí se producían
no eran de mi agrado y, en algunos casos, eran parecidas a estas. Es tan
sencillo como decidir no estar ni participar en según qué foros, pues desde el
respeto a la libertad de pensamiento de cada persona, está la libertad de compartir
espacio mental con ella.
Porque repito, creo que se está poniendo en tela de juicio
la libertad de pensamiento, que aunque contenga miles de malos deseos (que para
otros pueden ser buenos), no deja de ser la opinión de unos energúmenos que tienen
la libertad de opinar lo que quieran, mientras esa opinión se vierta o "vomite"
en la privacidad.
Otra cosa sería si esas manifestaciones se produjesen en un
ámbito público donde, y también cuestionable, se podría discutir sobre la línea
de la libertad de expresión, y nos iríamos a la incitación a la violencia que
seguro sí sería punible.
Creo que únicamente si ese grupo de whatsapp es una
herramienta oficial de trabajo, sustentada y puesta a disposición de esos
"penosos" agentes de la policía por el Ayuntamiento, para el
desempeño de sus funciones, podría considerarse la existencia de algún tipo de
falta; de otro modo, por muy policías locales que sean, se está elevando a la
categoría de delito el derecho a pensar como cada uno quiera, y así es como
actuaría el autor del Mein Kaft, al que esos personajes admiran.
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