
Pero Rajoy será
Presidente gracias a la abstención del PSOE, y a los ciudadanos no les importará
si ha sido con 11, con 24 o con 82 abstenciones socialistas cuando, para más inri,
la mencionada estrategia de maquillaje mediático se anuncia a bombo y platillo,
por lo que el votante que se considere engañado aún tendrá la certeza de que se
le está tomando el pelo conscientemente.
Nunca mejor dicho,
“cornudo/a, apaleado/a y pagando cama y bebida”
El PSOE ha de ser consecuente,
asumiendo aciertos y errores, pues todas sus actuaciones siempre se llevan a
cabo en beneficio de la ciudadanía, o como mínimo es lo que la ciudadanía debe
percibir, pues trasladar que se está ante una guerra interna por intereses
personales lleva al PSOE a dejar de ser el referente del socialismo español, pues
impedirá recomponer la cohabitación entre todas las opiniones y
posicionamientos, pues cada una de esas opciones políticas tiene argumentos
para contrarrestar la otra.
Reconozco que yo
hubiese votado no, convencido de que una cada vez más necesaria catarsis del
PSOE pasa “colocarse” a liderar la oposición, más aún, por gobernar desde la
oposición tal y como permite la actual aritmética parlamentaria; y siendo
cierto que eso se traduciría un escenario de terceras elecciones, que
posiblemente daría más números al PP y menos al PSOE, hubiera eliminado del
horizonte la acusación de connivencia con el PP que a partir de ahora oiremos
día sí y día también, para jolgorio y gozo de terceros.
Hemos de ser
conscientes de que el PSOE está dividido, yo diría casi en proceso de ruptura,
lo que implica seguir avanzando en la pérdida de la ya poca empatía que tiene con
la ciudadanía, alejándose de que se le vuelva a percibir como alternativa real
de Gobierno.
Y eso lo estamos
viviendo en Catalunya con el PSC, donde las escaramuzas internas a lo largo del
tiempo, y una política de ambigüedad amparada por una mal entendida pluralidad,
ha hecho que se hunda en un “bajo mínimos” a pesar de ser la mejor opción
política y de ofrecer las mejores garantías para los ciudadanos de Catalunya.
Sigo pensando que lo
más coherente hubiese sido exigir al Comité Federal que respetase su propia
resolución del mes de julio, pero ya que una mala estrategia de organización y
peor acción ha propiciado este lamentable espectáculo, y que sí o sí, con el
aval del PSOE, Rajoy será Presidente, ¿no es mejor asumir con estoicismo democrático,
que seguir forzando alegremente la fractura interna hasta que no haya ninguna
posibilidad de reconciliación?
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