Pluralidad? Nadie podrá
decir que no he sido respetuoso con la pluralidad política que debe primar en
la UGT, y por ello, después de treinta años de militancia y muchos de ellos con
responsabilidad en ámbito local, nacional o estatal, puedo presumir de haber
tenido colaboradores de todos los colores y partidos, y nunca esa militancia ha
representado un obstáculo.
Mi militancia en el PSC
como la de otros compañeros, ha sido pública, de la misma manera que yo era
conocedor de colaboradores que militaban en ERC, en CiU, en IU y hasta en el PP. Eso sí, siempre he exigido
respeto a todas las ideas, evitando que la militancia política mediatizase el
compromiso de la UGT en pro de la defensa de los derechos de los trabajadores,
por lo que siempre he rechazado la ostentación de siglas como elemento
subliminal de proselitismo.
Como ejemplo, ningún
militante de la UGT podrá afirmar que yo he acudido a algún acto de la UGT con
una carpeta del PSC, del mismo modo que nadie podrá decir que he supeditado los
intereses del PSC a los de la UGT, y como prueba el hecho de que, cuando ha
sido necesario, no he tenido ningún inconveniente en confrontar con el Gobierno
o Govern socialista de turno.
No entiendo, por ello,
que desde la UGT se promuevan un tipos de actitudes y maneras de hacer en que,
que compañeros y compañeras que asuman cargos de responsabilidad sindical, deban alardear de militancia política como si
esta fuese un valor añadido porque, de alguna manera, se podría entender que la
UGT está posicionada o es connivente con alguna opción determinada, lo que
rompe el principio de independencia y pluralidad de la que orgullosamente el
sindicato puede presumir.
Si a esto se une el
hecho de que según qué decisiones se toman obviando el contexto electoral en el
que nos encontramos, creo que en algunos casos se está actuando a destiempo y
fuera de lugar.
Sinceramente, no creo
que esta falsa de “asepsia” sea parte positiva de una estrategia que permita
recuperar la credibilidad que necesita el sindicalismo de clase cuando,
precisamente, los trabajadores necesitamos total independencia política en
defensa y recuperación de nuestros derechos.
Y eso, precisamente, me
permito el lujo de afirmarlo un 14 D, día en que se conmemora que hace 27 años,
en 1988, se llevó a cabo una huelga general contra el Gobierno socialista lo
que, políticamente, a algunos militantes del PSC y de la UGT nos generó
verdaderos problemas, aunque no nos importó pues los intereses de los
trabajadores prevalecían sobre los del partido en el que militábamos.
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