“Genocidio” sin duda ha
sido una de las palabras más utilizadas estos días y que, en un farisaico acto
de contrición de corporativismo nacionalista, han utilizado ciertos políticos actuando
desde el esnobismo que representa el anti todo, y que únicamente quieren
mostrar su gran dosis de solidaridad con aquellos pueblos de allende los mares
que en 1942 “los españoles comenzamos a destruir”, según su propia y falsa autoinculpación.
Quieren que nos
reconozcamos genocidas por un hecho causante de hace más de 500 años, y no
estoy dispuesto a hacerlo por diferentes motivos:
El primero porque yo no
estaba, y no tengo por qué asumir ningún tipo de responsabilidad sobre aquellos
hechos, sea en positivo o en negativo. 1492 fue un acontecimiento histórico que
marcó el inicio de una nueva era, y que responde a los cánones y motivos de
descubrimientos que se han dado a lo largo de la historia, (Árabes en el 711,
Vikingos en el 844, etc…) es decir, expansión, riqueza, territorio y religión.
En segundo lugar porque
para que un movimiento pueda tildarse de genocida se debe tener la intención de
destruir a un grupo étnico, racial o religioso, y estoy seguro que Colón y los
integrantes de su flota, cuando partieron del Puerto de Palos, no tenían el
ánimo de hacer desaparecer a nadie, pues no sabían lo que iban a encontrar,
sino que deseaban riqueza material y espiritual y la iban a conseguir a través del
dominio y el sometimiento territorial y, sobre todo, religioso.
Movimientos genocidas,
por la voluntad manifiesta de exterminio, se han producido en tiempos mucho más
cercanos y, lamentablemente, se siguen llevando a cabo en la actualidad, sin
que la comunidad internacional actúe con la suficiente diligencia para
erradicarlos.
Y ahora salen unos
iluminados en España que, en aras de un hecho histórico de relevancia como fue
el “descubrimiento azaroso” de América en 1492, quieren dilapidar lo que ha
sido y debería seguir siendo un valor en sí mismo.
No soy historiador, y
debo fiarme de lo que leo o interpretan los doctos de este ámbito de la
sabiduría, pero sí que puedo filosofar con la historia y, en este caso, me
atrevo a afirmar que la interpretación política que se está haciendo no puede
calificarse más que de obscena e interesada, pues los que acusan a los
españoles de haber sido un arma de destrucción masiva contra los pueblos de América,
o bien no conocen la realidad, o no quieren ver la evidencia porque, solo hace
falta viajar por Sudamérica para ver que los denominados indígenas, que en
teoría son los que sufrieron el genocidio, siguen estando allí.
Con total seguridad que
entre toda aquella gente que protagonizó ese descubrimiento y después conquista
habría gente de mal vivir y peor conducta, que se aprovecharon de su supremacía
para hacer aflorar sus más bajos instintos, pero ¿se puede calificar y
generalizar estas acciones como genocidas?
A pesar de lo que algunos
puedan afirmar yo sí creo que el 12 de octubre había mucho conmemorar y no solo como el día Nacional de España que
cada cual puede darle la relevancia que desee pero siempre manteniendo el
respeto a la propia celebración, sino como hecho histórico de relevancia
mundial pues ese 12 de octubre de 1942, pese a quien pese, marcó el futuro y
fue el inicio de la globalización cultural y de la diversidad del planeta.
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